jueves, 23 de junio de 2011

¿Existen otros beneficios o riesgos relacionados con el uso de hormonas después de la menopausia?

El estrógeno es muy efectivo para tratar síntomas de la menopausia como sofocos de calor, insomnio y sequedad vaginal. El estrógeno parece no ser un tratamiento efectivo de estos síntomas cuando suceden en mujeres de más edad.
Las hormonas después de la menopausia pueden mejorar el humor y el bienestar psicológico de mujeres que tienen sofocos de calor e insomnio durante la menopausia, pero no deberán ser usadas para tratar los síntomas de una depresión mayor. Se ha afirmado que el estrógeno impide la pérdida de la memoria, retrasa el inicio de la enfermedad de Alzheimer y mejora la incontinencia urinaria, pero no existen datos convincentes de estudios clínicos que apoyen estas afirmaciones.
Después de cinco años de seguimiento de mujeres que tomaban la terapia combinada, la Women's Health Initiative informó que había habido una reducción del 37 por ciento de casos de cáncer colo-rectal en comparación con las mujeres que tomaban el placebo, pero se necesitan más estudios para confirmar este resultado.
Las mujeres que usan estrógeno más progesterona tienen un riesgo mayor de padecer problemas de coagulación de la sangre, de enfermedad de la vesícula biliar  y ataque cerebral. También se ha informado de un aumento de casos de coágulos de la sangre en los pulmones (embolismos pulmonares) e inflamación de las venas (tromboflebitis) con el uso de hormonas

¿Existen otros beneficios o riesgos relacionados con el uso de hormonas después de la menopausia?



El estrógeno es muy efectivo para tratar síntomas de la menopausia como sofocos de calor, insomnio y sequedad vaginal. El estrógeno parece no ser un tratamiento efectivo de estos síntomas cuando suceden en mujeres de más edad.
Las hormonas después de la menopausia pueden mejorar el humor y el bienestar psicológico de mujeres que tienen sofocos de calor e insomnio durante la menopausia, pero no deberán ser usadas para tratar los síntomas de una depresión mayor. Se ha afirmado que el estrógeno impide la pérdida de la memoria, retrasa el inicio de la enfermedad de Alzheimer y mejora la incontinencia urinaria, pero no existen datos convincentes de estudios clínicos que apoyen estas afirmaciones.
Después de cinco años de seguimiento de mujeres que tomaban la terapia combinada, la Women's Health Initiative informó que había habido una reducción del 37 por ciento de casos de cáncer colo-rectal en comparación con las mujeres que tomaban el placebo, pero se necesitan más estudios para confirmar este resultado.
Las mujeres que usan estrógeno más progesterona tienen un riesgo mayor de padecer problemas de coagulación de la sangre, de enfermedad de la vesícula biliar  y ataque cerebral. También se ha informado de un aumento de casos de coágulos de la sangre en los pulmones (embolismos pulmonares) e inflamación de las venas (tromboflebitis) con el uso de hormonas

MENOPAUSIA ¿Qué hacer?




            No interrumpir el tratamiento por nuestra cuenta y consultar con el médico Ha quedado demostrado que la terapia hormonal sustitutiva(THS), administrada durante pocos años, aporta muchos beneficios a la mujer menopáusica que sería una lástima desaprovechar. Además, no existe otra alternativa farmacológica. Ahora bien, por encima de los 5 años de tratamiento se deberá individualizar muy bien cada caso y dar la dosis correcta a la persona adecuada en el momento oportuno. La menopausia es un momento ideal para hacerse un buen chequeo. Naturalmente, no todas las mujeres van a necesitar un tratamiento, pero para otras la THS resultará muy útil y beneficiosa y sería absurdo prescindir de las ventajas que pueden aportar una mejor calidad de vida.

MENOPAUSIA. Algunas precisiones




Según hizo público en un comunicado la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), la combinación de estos dos tipos de hormonas no se utiliza apenas en nuestro país ni en otros países de Europa, aunque sí es el más utilizado en Estados Unidos. En nuestro país se utiliza como estrógeno, el estradiol, y también progestágenos micronizados, que son hormonas naturales, mucho más modernas y metabólicamente muy distintas. Aquí se suelen administrar por vía transdérmica (parches) y no por vía oral. Además hay otros puntos que también convendría tener en cuenta: en el estudio había una mayoría de mujeres alrededor de los 60 años, cosa que en nuestro país no pasa. Además, el tipo de alimentación en los Estados Unidos es muy distinta a la nuestra.
En el estudio ha quedado demostrado que en un plazo corto, de 2-3 años, incluso con esta combinación hormonal más anticuada que la europea, se consiguen aliviar los síntomas de la menopausia, como los sofocos, sudores y atrofia vaginal. Además, aporta beneficios indudables en la prevención de cáncer de colon y osteoporosis. Es por encima de los 5 años cuando podrían aparecer los problemas que ha detectado el estudio americano.

miércoles, 22 de junio de 2011

Polémica en los medios de comunicación



Periódicamente salta a los medios de comunicación la cuestión de la terapia de sustitución hormonal en mujeres postmenopáusicas. La polémica nace a partir de la súbita interrupción de un estudio que se estaba realizando durante varios años seguidos en Estados Unidos (WHI, Women's Health Initiative: 166.000 mujeres norteamericanas entre 50 y 79 años) al ponerse de manifiesto que los riesgos del uso de estrógeno con progesterona a largo plazo sobrepasan los beneficios. De acuerdo con éstos resultados, la administración de estrógeno con progesterona aumenta el riesgo tanto de enfermedades cardiovasculares como de cáncer de seno entre las usuarias de una determinada combinación de hormonas.
Esta investigación, que debía durar 8,5 años, estudiaba los beneficios y los riesgos a largo plazo de la terapia hormonal sustitutiva tras la menopausia. En un grupo sólo se prescribía un tipo de estrógenos (estrógenos conjugados equinos) a mujeres histerectomizadas (sin útero). En el otro grupo se prescribía  este tipo de estrógenos, más un tipo de progestágeno  (acetato de medroxiprogesterona) a mujeres con el útero conservado. Donde se han detectado los problemas ha sido en este último grupo del estudio, en el que se combinaban ambos tipos de hormonas, y a partir de los 5 años de seguir esta terapia.

¿Influyen las hormonas postmenopáusicas en la salud de los huesos?



Los niveles bajos de estrógeno son un factor de riesgo de osteoporosis en las mujeres. La osteoporosis postmenopáusica se caracteriza por la disminución de la masa de los huesos, deterioro de los tejidos óseos y una mayor fragilidad de los huesos, convirtiendo las fracturas en un riesgo importante.
Se ha demostrado que el estrógeno solo y el estrógeno combinado con la progesterona protegen contra la osteoporosis. Los datos definitivos de un estudio clínico reciente avalan la capacidad del estrógeno con progesterona para prevenir las fracturas de cadera, vértebras y otros huesos. Sin embargo, algunos estudios han demostrado que los efectos benéficos de la terapia a corto plazo no son permanentes; el uso a corto plazo (de tres a cinco años) de estrógeno para aliviar los síntomas de la menopausia contribuyó muy poco para prevenir las fracturas de osteoporosis en mujeres cuando llegaron a las edades de 75 a 80 años. Las mujeres que usan estrógeno para mantener la densidad de los huesos deben continuar tomando estrógeno porque sus efectos benéficos en la salud de los huesos desaparecen después de abandonar el tratamiento

¿Cómo afectan las hormonas postmenopáusicas a las enfermedades cardiacas?



Un estudio de asignación al azar, el Heart and Estrogen/progestin Replacement Study, concluyó recientemente que el estrógeno en combinación con la progesterona no tiene efectos beneficiosos para el corazón. Aunque resultados iniciales de este estudio habían sugerido que tales beneficios pudieran existir, un seguimiento más largo (6.8 años) no encontró una reducción general en el riesgo de ataques cardíacos y de muerte por enfermedad cardiovascular con el uso de estrógeno y progesterona
Otros estudios de observación en los cuales las mujeres habían informado sobre si habían usado hormonas postmenopáusicas han encontrado evidencia de un efecto protector contra las enfermedades cardíacas coronarias con el uso de estrógeno solo. La mayoría de las participantes en éstos estudios fueron mujeres sanas con un riesgo bajo de enfermedades cardíacas coronarias. Actualmente se sigue investigando sobre los beneficios y riesgos potenciales para el corazón de la terapia de estrógeno.

martes, 21 de junio de 2011

¿Cómo afecta al útero el uso de hormonas después de la menopausia?

Parece demostrado que la exposición prolongada del útero al estrógeno sin progesterona aumenta el riesgo de padecer cáncer de endometrio pero, al añadir progesterona, el riesgo  puede reducirse a casi el mismo nivel de las mujeres que no usan estrógeno.  Sin embargo, algunos estudios han mostrado aumentos del riesgo de cáncer de endometrio con los regímenes combinados si la progesterona se usa menos de diez días al mes.
En general, el régimen estándar de hormonas postmenopáusicas para mujeres que se han sometido a histerectomía (la extirpación quirúrgica del útero) ha sido el estrógeno solo, mientras que se ha dado la combinación de estrógeno y progesterona a las mujeres que no han tenido este procedimiento.

¿Cómo afecta al útero el uso de hormonas después de la menopausia?




Parece demostrado que la exposición prolongada del útero al estrógeno sin progesterona aumenta el riesgo de padecer cáncer de endometrio pero, al añadir progesterona, el riesgo  puede reducirse a casi el mismo nivel de las mujeres que no usan estrógeno.  Sin embargo, algunos estudios han mostrado aumentos del riesgo de cáncer de endometrio con los regímenes combinados si la progesterona se usa menos de diez días al mes.
En general, el régimen estándar de hormonas postmenopáusicas para mujeres que se han sometido a histerectomía (la extirpación quirúrgica del útero) ha sido el estrógeno solo, mientras que se ha dado la combinación de estrógeno y progesterona a las mujeres que no han tenido este procedimiento.

lunes, 20 de junio de 2011

¿Por qué se usan las hormonas después de la menopausia?



Los médicos pueden recomendar que se use estrógeno solo (si una mujer ya no tiene útero) o en combinación con progesterona para contrarrestar algunos de los efectos posibles de la menopausia natural o quirúrgica en la salud y la calidad de vida de una mujer. Los síntomas más conocidos de la menopausia son los sofocos de calor, la sudoración, el insomnio y la sequedad vaginal. Las hormonas se han venido recetando tradicionalmente para prevenir algunos trastornos a largo plazo que son más comunes en las mujeres después de la menopausia, como la osteoporosis y las enfermedades cardiacas de las arterias coronarias.

¿Qué es la menopausia?


La menopausia es el período de transición entre los años en los que una mujer es fértil y los años en los que el embarazo ya no es posible. En ésta etapa los ovarios producen niveles cada vez más bajos de las hormonas sexuales  (estrógeno, progesterona y testosterona). Al final de la menopausia natural (generalmente entre los 45 y 55 años de edad), la producción de hormonas disminuye en forma considerable. Las mujeres que han sufrido la extirpación quirúrgica de ambos ovarios (una operación que se llama ooforectomía bilateral) experimentan una "menopausia quirúrgica", el cese inmediato de la producción de hormonas por los ovarios y de la menstruación.
En mujeres posmenopáusicas, los niveles de estrógeno son una décima parte del nivel que tienen las mujeres premenopáusicas y la progesterona está casi ausente del todo.  La administración de estrógeno, con o sin progesterona, duplica aproximadamente el nivel de estrógeno de una mujer posmenopáusica, pero sin alcanzar los niveles naturales de una mujer premenopáusica.

sábado, 18 de junio de 2011

EMBARAZO.ANEMIAS

Anemias que pueden complicar el embarazo


            La futura embarazada deberá tener en cuenta que durante la gestación se producirá un incremento de un 40-55% del volumen sanguíneo, mientras que el volumen celular sólo aumentará un 18%. Ésta hemodilución comportará la aparición de una anemia que se pondrá de manifiesto con unos valores de hemograma disminuidos. Los valores que pueden considerarse fisiológicos en la mujer gestante son los siguientes:
-          Hematíes, 3,5 – 5 x 106/ml
-          Hemoglobina, 11 – 15 g/dl
-          Hematocrito, 33 – 44%
-          V.C.M, 80 – 97.
Aunque la anemia del embarazo pueda considerarse fisiológica, no debe menospreciarse su importancia y, mucho menos, soslayar su tratamiento, ya que las consecuencias pueden ser importantes. Cabe destacar las siguientes:
-          Incremento de la mortalidad perinatal
-          Incremento de los índices de prematuridad
-          Crecimiento intrauterino retardado
-          Preeclampsia
-          Desprendimiento prematuro de placenta.
Tanto en las anemias ferropénicas (déficit de hierro), que constituyen el grupo mayoritario, como en las anemias megalobásticas (déficit de ácido fólico y/o vitamina B12, se tratará de minimizar sus causas, comunes en muchos casos:
-          bajo contenido en hierro de la dieta
-          depósitos de hierro disminuidos
-          incremento de los requerimientos (en el caso del ácido fólico los requerimientos diarios llegan a multiplicarse por 12 o más)
-          malnutrición.


SOCIOLOGÍA DEL EMBARAZO


El embarazo en España
   El cambio más significativo que ha experimentado la población española en las últimas décadas es un descenso del crecimiento vegetativo, que ha pasado del 12,56 por 1.000 en 1960 al 1,18 por 1.000 en 1993. Esta inversión de la pirámide d (Tabla 1) está  directamente relacionada con el descenso de la natalidad que se ha venido produciendo a partir de 1975, pasando a reducirse a la mitad (de 18,76 a 9,23) en 20 años, aunque los datos de 2005 apuntan a una ligera recuperación (10,73 aunque, en realidad, éste ligero repunte está vinculado muy especialmente a la prolífica actividad de los emigrantes.
Esta disminución de la fecundidad se ve acompañada de un fuerte descenso de la tasa de nupcialidad, entendiendo por tal  el número de matrimonios por cada mil habitantes, y que ha alcanzado valores inferiores (Tabla 1) a la media   europea  (6,3 por 1.000).
Estos descensos tienen un carácter general, ya que afectan a todos los grupos sociales, si bien es cierto que afectan en mayor proporción a las mujeres más jóvenes.

AÑO
Tasa de nupcialidad x 1.000
Edad media de la mujer
 al casarse
Hijos por mujer
1970
          7,33
              24,58
         2,90
1975
          7,60
              24,16
         2,78
1980
          5,88
              23,62
         2,21
1985
          5,19
              24,77
         1,64
1990
          5,51
              25,76
         1,33
1995
          5,10
              27,83
         1,17
2000
          5,38
              28,12
         1,23
2005
          4,82
              29,17
         1,34


Tabla 1. Evolución de la tasa de nupcialidad, la edad media de matrimonio y el número de hijos por mujer en España (1970-2005).
Los cambios en el status de la mujer española, caracterizados por un mayor nivel educativo y una mayor inserción laboral (un 44,4% de las embarazadas trabaja en el momento del embarazo) han generado nuevos comportamientos. Se ha producido una variación en la concepción del matrimonio, actualmente mucho más desligada de la idea de tener hijos que en épocas anteriores. En éstos momentos tener un hijo es una decisión que se planifica en función de las condiciones sociales y laborales, así como de los costes de mantenimiento y educación. Hoy día la mujer está asumiendo un nuevo rol social, especialmente relacionada con el mayor nivel educativo, la incorporación al mundo laboral y la separación de la esfera de la sexualidad de la función meramente reproductora. Los estudios revelan que un 72,1% de las mujeres, según las encuestas, planifica su embarazo, frente a un 27,7% de las que no lo hacen. Los datos socio-demográficos de los últimos años son reveladores: la edad media de la mujer en el primer embarazo es de 27,1 años, una cifra 2 y 3 años superior a la de los primeros años setenta. La edad media de la mujer a la maternidad ha pasado de 28,8 años en 1.975 a los 30,86 del pasado 2.004 (Tabla 2)

AAÑO 
EEDAD
11975
 28,80
11985
 28,45
11995
 29,96
22000
 30,72
22004
 30,86

Tabla 2. Edad media de la mujer española a la maternidad.
Una gran mayoría de las embarazadas (84,9%) tiene un hijo como máximo, siendo el número de mujeres que no tienen ningún hijo ligeramente superior al de las que ya han sido madres por primera vez. La edad media de la mujer al tener el primer hijo está comprendida entre los 30 y los 32 años. El segundo hijo, de existir, se produce aproximadamente transcurridos tres años del primero. No es frecuente encontrar mujeres con 3 hijos y, mucho menos todavía, con 4. Otra cuestión a destacar es que la ocupación laboral desciende generalmente al aumentar el número de hijos.
   Si la edad del primer embarazo sigue aumentando, puede augurarse fácilmente un aumento de los problemas de infertilidad en la pareja, habida cuenta de que la fecundidad femenina disminuye a partir de los 30 años y la infertilidad se acelera por encima de los 35. Este incremento de la edad de la mujer en el momento del primer embarazo puede comportar, en los próximos años, que un 80% de las parejas vayan a tener algún tipo de problema de esterilidad. Aunque es evidente que la valoración de la infertilidad de la pareja precisa un estudio detallado de cada uno de sus miembros, la edad de la mujer es un factor decisivo. Actualmente el número de parejas con algún problema de esterilidad supera en España los 600.00 casos, con un incremento anual de 16.000 casos nuevos.



SOCIOLOGIA DEL EMBARAZO


El embarazo en el mundo
   Un rápido vistazo al estado de situación del embarazo en el mundo resulta aleccionador y no puede dejarnos insensibles. Todavía queda un largo camino por recorrer, especialmente si tenemos en cuenta que cada minuto, no menos de una mujer, muere como consecuencia de complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto: son 529 000 mujeres cada año. Más del 70% de las muertes maternas se deben directamente a 5 complicaciones: hemorragias de (25%), infecciones (15%), abortos peligrosos (13%), eclampsia (hipertensión arterial pronunciada que provoca convulsiones - 12%), y parto obstruido (8%). Si bien esas son las causas principales de mortalidad materna, la falta de cuidados o de acceso a los mismos, su elevado coste o su escasa calidad, son elementos determinantes. Malogran el desarrollo y el bienestar social, y cada año dejan a un millón de niños huérfanos de madre. Esos niños tienen 10 veces más probabilidades que los demás de morir durante los dos años siguientes a la muerte de sus madres. Además, por cada mujer que muere en el parto, otras 20 sufren lesiones, infecciones o enfermedades (10 millones de mujeres cada año).
   No hay razón para que las mujeres mueran en el parto. Debemos proporcionar a las mujeres jóvenes la información y el apoyo que necesitan para controlar su salud reproductiva, hay que prestarles apoyo durante el embarazo y proporcionarles cuidados, a ellas y a sus bebés, hasta que bien avanzada la infancia. La inmensa mayoría de las muertes maternas se evitarían si las mujeres tuvieran acceso a servicios de planificación familiar de calidad, atención competente durante el embarazo, el parto y el primer mes después del alumbramiento, o servicios de atención post-aborto y, donde esté permitido, servicios de aborto seguros. Un 15% de los embarazos y los partos necesitan cuidados obstétricos de urgencia debido a riesgos difíciles de predecir. Un sistema de salud dotado de personal especializado es decisivo para salvar la vida de esas mujeres. Precisamente, un Objetivo de Desarrollo del Milenio, para la OMS, consiste en reducir en tres cuartas partes la mortalidad materna.
   De forma muy diferente que en el resto del mundo, y aunque subsisten grandes diferencias entre los diversos países, incluso en Europa existen iniciativas de instituciones internacionales como la OMS orientadas a ofrecer a los Gobiernos asesoramiento y soporte técnico para mejorar el acceso y la calidad de los servicios de salud con el fin de que las mujeres y sus hijos recién nacidos puedan acceder a los mismos cuando realmente los necesitan. Aunque el embarazo es vivido positivamente en la mayoría de casos, lo cierto es que no faltan casos de sufrimiento personal, problemas de salud y muerte. En la zona europea se produce una mortalidad materna en el parto de 5 a 210 casos por cada 100.000 nacidos vivos. La mortalidad infantil no se queda atrás, con una tasa de fallecimientos de 2 a 38 casos por cada 1.000 nacidos vivos.  Es fundamental, por tanto, prestar apoyo a las iniciativas encaminadas a prevenir la mortalidad en el parto, tanto de mujeres como de niños. No menos importante resulta prestar apoyo también a iniciativas dirigidas a :
-          incrementar el conocimiento de la salud sexual y reproductiva, así como de los derechos individuales asociados;
-          promoción de la salud en grupos sociales vulnerables (adolescentes, mujeres, emigrantes);
-          reducir el número de abortos, facilitando la contracepción;
-          prevenir la aparición de SIDA y ETS.

SOCIOLOGÍA DEL EMBARAZO


Introducción


            El embarazo es un estado que implica connotaciones de todo tipo, desde las meramente poblacionales, sociales y económicas hasta las de índole personal, pasando por las asistenciales y sanitarias. Los cambios socioeconómicos que se han venido produciendo en el mundo a partir de los años setenta han originado profundas transformaciones sociales y políticas. Hábitos sociales aceptados de forma normal hoy en día eran impensables hace escasamente tres décadas. Muchas mujeres, sus parejas y sus hijos se han beneficiado tanto de una mayor tolerancia social como de una evidente mejora de la atención sanitaria. Esta realidad, sin embargo, dista mucho aún de poderse contemplar con satisfacción.

martes, 14 de junio de 2011

HONGOS EN LOS PIES. CÓMO PREVENIRLOS



  • Conservar los pies secos
  • Lavar los pies cada día y secarlos después cuidadosamente.
  • Hay que cambiar los calcetines y el calzado diariamente.
  • Utilizar calcetines de algodón
  • Siempre que sea posible, llevar zapatos transpirables de piel o materiales naturales.
  • Desinfectar los zapatos.
  • Si los pies sudan, evitar las botas, calzado de plástico y las deportivas.
  • Cambiar las toallas frecuentemente y lavarlas en agua caliente.
  • En las piscinas y vestuarios colectivos, utilizar zapatillas en el espacio entre el vestuario y el agua o las duchas.
  • No compartir toallas ni vestidos.
  • Lavar regularmente  y/o desinfectar el suelo de la ducha o bañera.
  • Evitar caminar descalzo por alfombras y moquetas de casa o de hoteles, si se está fuera de ella.
  • Usar fármacos que eliminen los hongos
  • Si es posible, utilizar fármacos que tengan acción antibacteriana para evitar sobreinfecciones.

HONGOS EN LOS PIES. NO ABANDONES EL TRATAMIENTO

TRATAMIENTO LARGO

            Una vez  identificado el problema es preciso seguir un tratamiento durante bastantes meses, incluso se debería continuar aunque hayan desaparecido los síntomas para evitar recaídas.
Asimismo hay que extremar las medidas de prevención, especialmente en los lugares de mayor riesgo de transmisión, tanto para evitar el contagio propio como, si se padece la infección por hongos, para evitar contagiar a los demás.
            Lo que ocurre es que cuando se logran mitigar los síntomas más molestos, muchos afectados abandonan el tratamiento, por lo que pueden surgir recaídas.
            De hecho, la mayoría de afectados no viven su problema como una verdadera enfermedad y tienden a minimizar su importancia. Tanto es así, que un alto porcentaje de los afectados (30%) utilizan remedios caseros; un 20% confiesa no haberse tratado, mientras que el 60% declara haber seguido un tratamiento farmacológico, bien bajo prescripción de su médico o por orientación de su farmacéutico. De todas formas, un 10% ha simultaneado los fármacos con los remedios caseros.


HONGOS EN LOS PIES. LOS MÁS AFECTADOS


           
            Existen algunos grupos que tienen una mayor susceptibilidad a padecer infección por hongos. En concreto, diabéticos, pacientes con SIDA o pacientes inmunodeprimidos (como los que siguen largos tratamientos con corticoides, quimioterapia, trasplantes...) son más vulnerables. Según los especialistas las personas de mayor edad y, en nuestro país, las mujeres, tienen más predisposición al contagio por la condición favorable que supone unas uñas traumatizadas, con una queratina desintegrada; mientras que en el “pie de atleta”, los nuevos hábitos deportivos suponen el principal factor que ha influido en el aumento de esta patología, siendo los gimnasios, piscinas, playas y vestuarios los grandes centros de transmisión de la enfermedad.
            De todos modos, deben prestar especial atención a los pies aquellas personas que tienen alguno de estos factores de riesgo:
  • Sudor excesivo en los pies
  • Rozaduras o llagas en los pies
  • Utilización de calzado cerrado o calcetines que no transpiran
  • Utilizar los mismo zapatos o calcetines largo tiempo
  • Trabajos con muchas horas de pie o andando (dependientes, vigilantes...)
  • Trabajos en lugares húmedos
  • Deportistas, corredores, atletas
Personas con enfermedades que afecten a los pies: diabéticos, personas con mala circulación sanguínea...

viernes, 10 de junio de 2011

HONGOS EN LOS PIES. SÍNTOMAS DE LA INFECCIÓN

            No todos los síntomas aparecen al mismo tiempo. Al principio no hay molestias sino que van apareciendo paulatinamente.
            En primer lugar hay un aumento de la sudoración y como consecuencia de ello junto con la acción de los hongos se presenta mal olor. Los pies están macerados, y la piel se vuelve mucho más vulnerable y frágil.
            Si no se toman medidas, la infección prosigue y en un segundo tiempo se presenta el picor, con sensación de quemazón al mismo tiempo. Más tarde surge dolor, grietas, rozaduras y descamación de la piel.
            Las alteraciones suelen empezar entre el 4º y 5º dedo y pueden extenderse al resto de los dedos, al resto del pie e incluso llegar a afectar a las uñas.
            También hay casos en los que se llegan a formar amplias ampollas. Si el hongo llega a causar erosiones, se debe prestar particular atención a la higiene de la zona, ya que puede producirse además una infección por bacterias, especialmente en personas mayores e individuos con inadecuada irrigación sanguínea de los pies.

lunes, 6 de junio de 2011

HONGOS EN LOS PIES, ¿DÓNDE LO HE PILLADO?


   Los hongos pueden “rebelarse” y causar la infección de muchas formas. En primer lugar los propios dermatofitos que habitan en nuestro pie pueden crecer de forma desmesurada si les facilitamos sus condiciones de desarrollo. De nuevo el calor, la humedad y el roce pueden ser los desencadenantes.
            No obstante, lo más frecuente es que se transmitan de persona a persona bien de forma directa o indirecta. Las esporas, que es la forma de reproducción de los hongos, son muy resistentes y pueden permanecer durante meses o años en las duchas, piscinas, vestuarios, toallas...
            El contagio se produce casi siempre en lugares en que coinciden muchas personas y llevan los pies descalzos:
  • Suelos de piscinas, duchas, saunas, hoteles, gimnasios...
  • Alfombras y moquetas
  • Ropas comunes: toallas, calcetines, calzado, cepillos...
  • Centros de trabajo, colegios, cuarteles...
El problema radica en que muchas de las personas que son portadores de una tiña contagiosa lo desconocen. En este sentido, se calcula que el 20% de los casos no sabe que puede transmitir la enfermedad a otros y, por tanto, no toma las medidas preventivas para evitar que la infección se propague a otras personas.

HONGOS EN LOS PIES, ¿QUÉ ES?


Pie de atleta
            Uno de los trastornos que con más frecuencia padecen nuestros pies, especialmente en verano, es el llamado “pie de atleta” o “tiña pedis”. En realidad se trata de una afección por un tipo de hongos, los dermatofitos.
            Estos hongos junto con otras bacterias suelen vivir en el 95% de los pies de los adultos sin llegar a causarles ninguna enfermedad. Se alimentan de la queratina de la epidermis, muy abundante en los pies, por eso crecen en extensión buscando su alimento.
            Sólo se inicia la enfermedad cuando se dan tres factores predisponentes básicos:
  • calor
  • humedad y
  • roce.
En efecto, unos pies machacados por un calzado inadecuado, que impide la transpiración y que además produce roces es candidato a padecer una infección por hongos.
            El número de casos de micosis (infecciones por hongos) que afectan a los pies y a las uñas se está incrementando, según los expertos, de forma que cada vez  hay más personas que sufren una gran molestia por alguna de ellas que, tal y como demuestran los estudios de calidad de vida, no sólo es una molestia estética.